Que abusador o abusadora la jueza de SFM que otorgó libertad pura y siempre al sinvergüenza de Ronny Gimenez el patrón de Jarabacoa

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San Francisco De Macoris/José Valdez reciente decisión judicial de otorgar libertad pura y simple a Ronny Giménez, acusado de agredir físicamente a una mujer, nos ha dejado en un estado de asombro, impotencia y enojo. Este individuo abusador, además de ser captado en video mientras comete un acto de violencia, es conocido por su historial de engaños y estafas, presentándose falsamente como hijo de empresarios.

Yo como hombre hijo y hermano de una mujer pregunto. ¿Cómo es posible que un caso tan claro, con evidencia contundente, no reciba la justicia que merece? Mientras tanto, hay ciudadanos que permanecen tras las rejas por amenazas verbales o por acusaciones sin pruebas concretas. Este doble estándar en la aplicación de la justicia no solo es inaceptable, sino que perdemos la confianza en el sistema judicial.

Resulta alarmante que el peso de la ley recaiga de forma desproporcionada sobre unos, mientras que otros, como Giménez el supuesto patrón de Jarabacoa, parecen gozar de impunidad. Este caso no solo refleja una falla en el sistema judicial, sino también un desprecio hacia las víctimas de violencia de género, quienes se enfrentan al riesgo de que sus agresores queden en libertad sin consecuencias.

La sociedad demanda una revisión urgente de este caso y una reflexión profunda sobre cómo se administra la justicia en el país. La igualdad ante la ley debe ser un principio fundamental, y los agresores, especialmente aquellos con un historial delictivo de estafas mentira, deben enfrentar las consecuencias de sus actos.

Nosotros como medio no podemos, ni debe, callar. Es hora de exigir una justicia imparcial y efectiva, para proteger a las víctimas y garantizar que ningún delincuente como ese abusador, sin importar su influencia o contactos, quede impune.

Es inaceptable que el juez o jueza a cargo de este caso haya tenido la burla de imponer una garantía económica a la mujer agredida, mientras el agresor, captado en video propinándole una bofetada , camina libremente. ¿Es que acaso quienes imparten justicia no vieron la evidencia? ¿O es que simplemente decidieron ignorarla? Esta decisión no solo revictimiza a la mujer agredida, sino que manda un mensaje peligroso: la violencia contra las mujeres no tendrá consecuencias reales.


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