
San Francisco de Macorís/ Jose Valdez, Mientras la Fuerza del Pueblo continúa sumergida en una evidente guerra interna, con facciones que se atacan y se disputan espacios sin control, el Partido de la Liberación Dominicana atraviesa su etapa más sólida de los últimos años. Lejos de la división que muchos pronosticaron, el PLD avanza con un mensaje claro: el partido está más unido que nunca y Danilo Medina ha sido la pieza clave en ese proceso.
Durante mucho tiempo se habló de las diferencias entre la exdiputada Miledis Núñez y el exdiputado Jenrry Acosta, un tema que generó comentarios y preocupaciones dentro y fuera del partido. Sin embargo, ese capítulo quedó completamente cerrado gracias al trabajo de diálogo, mediación y visión política que el expresidente Danilo Medina ha venido realizando en cada estructura del PLD.
Danilo, con su estilo firme pero conciliador, logró sentar a ambas figuras, superar viejas heridas y fortalecer un acuerdo que hoy sirve como ejemplo dentro del partido. Ese gesto no solo pacificó un conflicto, sino que reafirmó que el PLD cuenta con un liderazgo capaz de unificar, construir y dirigir un proyecto político sin fisuras.
Mientras el PLD se fortalece, en la Fuerza del Pueblo la situación es totalmente inversa. Allí, cada día se multiplican las renuncias, los cruces de palabras y los enfrentamientos entre dirigentes que antes se vendían como adalides de la unidad. Las contradicciones saltan a la vista y dejan claro que el partido verde está atrapado en su propia tormenta interna.
Ante este contraste, muchos dirigentes afirman que ya es evidente que el verdadero mal del PLD no estaba dentro, sino en los que decidieron marcharse. Hoy, esos mismos que se fueron son los que tienen sumida a la Fuerza del Pueblo en una crisis que parece no tener salida.