INSÓLITO: Ladrón se mete a la Iglesia Santa Rosa de Lima, se lleva la ofrenda, la ropa del padre y los monaguillos, y hasta se bebe el vino sagrado

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San Francisco de Macorís/Jose Valdez en Un hecho tan insólito como cómico que ha dejado a toda la comunidad de pueblo nuevo boquiabierta.

Un ladrón, con más hambre que fe, se metió en plena madrugada a la Iglesia Santa Rosa de Lima y protagonizó una escena digna de una película, que ni La Pasión de Cristo ni la película de Moisés le ganan, y eso que no estamos en Semana Santa.

Según cuentan algunos curiosos, el hombre entró muy tranquilo al templo del señor, se persignó como todo buen cristiano, y con la barriga sonando del hambre decidió comerse la Sagrada Comunión, ya que hombre al parecer tenia un poco de hambre

Pero no conforme con eso, el peculiar ladrón quiso hacerlo como el Señor en la Última Cena, agarró la copa del padre y se bebió todo el vino del altar, diciendo que era la sangre de Cristo que fue derramada para el perdon de sus pecados .

El hombre, al parecer con muchas  ideas de negocios para el Día de Halloween, también se llevó la ropa del padre y la de los monaguillos para ver si hace algo de dinero extra vendiéndolas o usándolas para disfrazarse de todo un santo arrepentido”.

Ya con la ofrenda en las manos y la copa del padre, el sujeto salió caminando con una calma celestial, se persignó otra vez y, de seguro se fue al punto más cercano a cambiar la copa que no la venden ni en las tiendas chinas y la ofrenda para saciar sus deseos terrenales con un poco de sustancias prohibidas.

Al parecer, el ladrón, que de seguro en las próximas horas estará de rodillas ante los agentes policiales, les dirá con voz de fe y descaro

“Yo soy el buen ladrón, el que murió a la derecha de Jesús. Lo mío fue por fe, no por maldad y al salir de la iglesia pedi perdon y el señor perdona todos nuestros pecados .”

Mientras tanto, los fieles de la iglesia Santa Rosa todavía no saben si reír o rezar por el insólito visitante, que en cuestión de minutos comulgó, bebió, se vistió y pecó… todo en el mismo altar.


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