San Francisco De Macorís. Una vez más, Edenorte intenta justificar los prolongados apagones que afectan a la región norte del país culpando al "alto consumo" y a la "ola de calor" mientras los mosquitos puyan en horas de la madrugada cuando la realidad es muy distinta y para que no leguen ignorancia esas fotos son del momento mientras realizan los trabajos de reparación.
La verdadera razón detrás de la inestabilidad en el servicio eléctrico es la salida de operación de la planta Punta Catalina, una instalación clave del sistema eléctrico nacional, que quedó fuera de servicio por falta de mantenimiento.
Según fuentes confiables del sector energético, una de las calderas de Punta Catalina sufrió una grave avería tras la explosión de una tubería crítica, hecho que evidencia la negligencia y el mal manejo operativo de una de las plantas más costosas en la historia del país.
Sin embargo, en lugar de informar con transparencia, las autoridades prefieren desviar la atención con excusas ya desgastadas, como el supuesto aumento del consumo por las altas temperaturas.
La falta de honestidad de Edenorte no solo es una falta de respeto para los ciudadanos que pagan mensualmente por un servicio que no reciben de forma estable, y sobre todo cada mes subiendo más y más, sino que también demuestra un patrón de opacidad institucional que ya no puede ser tolerado.
Los ciudadanos tienen derecho a saber la verdad. Tienen derecho a exigir explicaciones reales y soluciones concretas. No se puede seguir jugando con la inteligencia de una población que ya está cansada de excusas, apagones, facturas infladas y la ausencia total de respuestas efectivas.
¿Por qué Edenorte no admite que la crisis actual está relacionada con una falla grave en Punta Catalina? ¿Por qué no se informó oportunamente sobre la explosión en la caldera? ¿Hasta cuándo seguirán manipulando la narrativa para encubrir su incompetencia?
El pueblo exigen transparencia, responsabilidad y respeto. Ya es hora de que Edenorte y las autoridades del sector eléctrico dejen de esconderse detrás de discursos vacíos y enfrenten con seriedad la magnitud del problema que han contribuido a crear.