
San Francisco De Macorís/Jose Valdez,A título personal te digo: cada vez que se va la luz en este país gracias a EDENORTE, los mosquitos se tiran en manada como si fueran a un concierto clandestino en La Pampara o en una finca. Es que el apagón y el calor son la invitación oficial: “corillo, ya se armó el party vamos hacer un teteo”.
Tú sudando como en sauna, sin abanico que te salve, y ellos llegan directo al oído “bzzzzz DJ Mosquito en la casa”. Esa vaina parece más un after party que un simple zumbido.
Según investigaciones de varios viejos teóricos del barrio, las razones son claras el calor del cuerpo humano es como pista de baile para esos queridos mosquitos el humo invisible que uno bota al respirar les sabe a chimi o una yaroa de madrugada, y la oscuridad total sin abanico ni bombillo les da la confianza de sentirse en discoteca privada.
Y dime tú, ¿quién le pone control a esa chercha? Porque si aparecieran los policías de Faride, ya esos mosquitos tuvieran las bocinas incautadas y el party apagado. Pero como no llegan, uno termina amaneciendo como víctima del festival del picotazo clandestino 2025.
Y si esto sigue así, los mosquitos serán los que decidan los votos en las elecciones del 2028.